Restaurant Ibèric

El Restaurant Ibèric ofrece cocina de mercado, ampurdanesa, de cazuela y también de pescado. Es una cocina mediterránea, con sofritos, guisos, brasa, suquet, y con productos del territorio, como el recuit de Ca la Nuri y otros platos cocinados de forma tradicional, como las setas – oronjas colmenillas y surtidos de setas de las Gavarres y del Empordanet-, los caracoles, la trufa negra o las Angulas del Ter.

Los platos más emblemáticos del Ibèric son los Fideos con bogavante, los Caracoles a la patarrellada, los Cigalas y todas las cazuelas con una base de pescado como las calderetas o los arroces, de Pals. El pescado y el marisco, de los palcos de la Escala y Palamós. Y en invierno, también es de destacar la brasa, ubicada en una de las salas con el cordero u otras carnes a la brasa.

Se abrió en 1978 por iniciativa de Tomàs Cateura. Proveniente del mundo de la campo, lo regentó desde los inicios como si fuera una casa de comidas más que un restaurante tal como lo entendemos ahora. Se dispensaba un trato muy personal, muy particular, y no había carta. Tomàs Cateura, junto a platos tradicionales también introdujo platos más eclécticos y así se podía degustar lagarto de Toledo, sopa de tortuga del Delta del Ebro, cangrejos de río autóctonos, truchas o carne de avestruz, por poner sólo algunos ejemplos.

También fue pionero en otros aspectos: fue el primer restaurante que fue a comprar de forma directa a la lonja de Palamós, en 1992. A partir del año 2000 entran en juego los hijos de Tomàs: Enric, en la cocina, Gerard y David, en la sala. La carta que incorpora el restaurante es bastante similar a lo que se había hecho inicialmente, y, siempre ha incorporado platos prestados de otras zonas gracias a las recetas que les han aportado gente de paso, gente de otras tierras. La cocina ha seguido la misma línea que tenía en sus inicios pero actualizada.

Siguiendo en esta línea, en el verano de 2018 hemos introducido en nuestra cocina un horno de terracota. Es un horno artesanal que funciona con leña de encina y que nos da un gusto y una textura muy particular a algunas elaboraciones. Aunque es ideal para cocinar carnes, también hacemos otros platos que admiten una forma de cocción diferente y que nos devuelve a los orígenes de cómo habían cocinado nuestros antepasados.